Movimientos Estudiantiles

12.09.2011 20:21

 

Sin llevar a cabo ninguna investigación rigurosa, ni ningún proceso metodológico para establecer un panorama más o menos claro de la realidad colombiana,   son muchas cosas las que se pueden decir, basta con leer la prensa, visitar alguna red social para crear una imagen en la cabeza de lo que sucede con nuestro país.

Por un lado, el conflicto armado, ese incesante vaivén de atentados y víctimas inocentes,  esa esfera de terror protagonizada por grupos como las FARC, el ELN, las AUC ahora llamadas bandas criminales BACRIM y otras organizaciones al margen de la ley, son responsables en gran medida de la sumersión de nuestro país en la desesperanza y desolación que ocasiona un conflicto de ya más de 60 años.

Mencionar en este momento el origen de estas organizaciones seria retomar afirmaciones ya realizadas, en esta ocasión la mención satisface la intención. Por otro lado, los vínculos de nuestros políticos con las organizaciones mencionadas anteriormente, también son un gran factor de sumisión y deterioro de nuestra patria, cómo lograr un cambio en beneficio de los colombianos, si esa misión está en manos de personas asociadas a la perversión armada de esta nación.

Sumándose a los dos problemas anteriores, encontramos la corrupción, tan dimensionada que incluso se habla de ella como una herencia cultural, como algo innato en los colombianos, hasta donde hemos llegado, qué indignante es tan solo escribirlo, sin embargo, siguiendo el pensamiento de Jaime Garzón, es necesario citar la realidad.

A propósito de Jaime Garzón, he aquí el cuarto gran problema de nuestro país, el silenciamiento, la negación, la prohibición de una postura contraria al poder, esto sí que nos lastima, fractura la posibilidad de pensar diferente y por tanto elimina el sustancial deseo de transformar lo que hasta hoy nos ha hundido, en algo diferente, en términos propios, una sociedad con luz.

El quinto problema y de mayor relevancia desde mi punto de vista, obedece a la cultura educativa de la nación, como se está pensando este proceso en un país tercer mundista, ahogado en la infamia de lo ajeno (globalización), sumido en el dominio de la corrupción y cegado por la tradición, que es una de las causas de la involución económica, política, social y cultural.

Finalmente este es el tema que convoca  a la escritura de este texto, con miras a evocar todos aquellos aspectos que deterioran la idea de un futuro mejor y de un país digno en todo sentido, en nuestro recorrido al destino citado, trataremos de centrarnos en la universidad como el epicentro del cambio, la institución llamada a transformar todo lo anterior y olvidarse de esa imagen de un estado reflejado en su interior, la analizaremos como una micro-sociedad y argumentare cual debe ser el papel de la misma en nuestra república.

Una vez mencionada la universidad en este texto, es menester hablar de los movimientos estudiantiles, ¿cuál es su papel dentro del contexto universitario?, ¿cuál es su origen?, entre muchas otras preguntas que arrojaran la tesis de este libro.

Lo primero es ahondar en la historia de los movimientos estudiantiles, estudiando a su vez el statu quo donde se desarrollaron partiendo de las realidades culturales, económicas, políticas y sociales del lugar que convoco el movimiento. De esta manera el trabajo es riguroso y tiene como objetivo llegar a encontrar las características principales de cada movimiento y su relación con los demás, pensar que se pueden equiparar será el producto de la indagación y posteriores conclusiones.

Finalmente, no puedo dejar de lado el estudio dela situación actual de la educación en Colombia, especialmente de la educación superior, con miras a establecer desde una postura crítica cual debe ser el objetivo y que componentes ha de tener la movilización estudiantil.

Antes de dar inicio, me gustaría reflexionar acerca de lo que implica la palabra revolución, esta nos invita a una transformación total de lo que en la actualidad se reconoce como legítimo, o por lo menos se manifiesta como el hilo conductor de una sociedad, en términos de política, pero como la sociedad es un engranaje que se afecta en  conjunto, pues no podemos desconocer que esa transformación sobrepasaría las fronteras de lo político y sus límites se encontrarían mucho más allá. Si se quiere gestar un cambio es apenas “lógico” que desde el inicio el cambio sea la herramienta principal, no se podrá llevar a cabo una revolución si los mecanismos obedecen a la tradición instaurada.

En el desarrollo de este libro estas afirmaciones tendrán argumento y será fácil depender de ellas para comprender el giro de 360 grados que deben tomar las organizaciones estudiantiles en Colombia con miras a convertirse en los protagonistas de una regeneración social que irrumpa en las estructuras mentales de los colectivos y, así mismo alcanzar una patria en donde la igualdad y las oportunidades sean no un privilegio medido por el alcance económico, sino un derecho inalienable manifestado en calidad de vida.